La falta de planeación urbana provoca tráfico en las calles y carreteras

 

Tener un auto es la aspiración de muchas personas, lo cual está muy bien, excepto porque en una ciudad hay muchas personas y si todas tienen un vehículo propio, entonces se genera tráfico.

Y es que las ciudades fueron planeadas hace muchos años, cuando no había ocurrido la explosión demográfica que hemos visto en las últimas décadas, y es que era difícil de predecir.

Por esta razón, la planeación de las ciudades nunca tomó en consideración, al menos de forma efectiva, como crecerían estas en el futuro, por lo que se han saturado, provocando enormes retos para la movilidad.

Ante este panorama conviene reflexionar acerca de la importancia que tiene planificar las ciudades para las personas y no para los vehículos, ofreciendo opciones de transporte público limpio, eficiente y seguro, así como incentivos para la movilización en bicicletas, motocicletas, patines, entre otros.

Esta planeación permitiría que hubiera menos tráfico en las calles y eso sería benéfico para las empresas de autotransporte, pues podrían movilizar mercancías fundamentales para la economía y para la distribución de alimentos de forma rápida y eficaz.

Esta problemática es similar en toda la República Mexicana, solo cambia su escala dependiendo de la entidad o municipio, pero es una realidad que la movilidad en las ciudades debe ser una prioridad de los gobiernos locales y federales.

El transporte público es, en muchos estados, insuficiente, inseguro e ineficiente, además de que existe una heterogeneidad en las regulaciones y eso afecta las tarifas. Es una realidad que, para disminuir el tráfico, más personas deben usar el transporte público, pero esto no pasará mientras no haya un servicio de calidad.

En este contexto, la población continúa creciendo y sobre ocupando las grandes ciudades que siguen sin contar con un plan adecuado para este crecimiento acelerado, lo que puede suponer un grave problema en el corto y mediano plazo.

Una planeación urbana inteligente es imperativa, de lo contrario la movilidad se verá seriamente comprometida más pronto de lo que parece. Además, el diseño de la movilidad urbana y dentro de los espacios públicos debe incluir las necesidades de los peatones, sobre todo de quienes padecen alguna discapacidad.

También hay que establecer una red de movilidad para conectar las diferentes localidades con sus principales centros urbanos, con objeto de favorecer el traslado de personas y mercancías, así como aprovechar al máximo las conexiones aéreas y marítimas con los mercados nacionales e internacionales.

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